Pensamientos cruzados,
en el encierro de una vida,
donde claven puñales de rosas
están las heridas abiertas
Vuelan cuervos sobre ti,
esperando que seas la carroña
de quien te deja librada a la mar
del deseo ardiente de la carne
No existen nostalgias, donde
el dolor se hace costumbre,
ni pena capital para el verdugo
de esa habitación blanca de soledad
viejos vicios de la especie, para mantener
con vida lo que nunca debió existir,
dejando de ver en la realidad
una caricia perdida de tu amor
viejos trapos cuelgan en las sienes
de los verdugos sin ataduras
viejas ideas bombardean la especie
de encierro de épocas pasadas
No existen nostalgias, donde
el dolor se hace costumbre,
ni pena capital para el verdugo
de esa habitación blanca de soledad
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