Envueltos en la rutina,
todos marchan, todos devoran,
lo poco que encuentran a su paso
todo digieren, todo vomitan
en la locura no se encuentra
quien diga cual es el camino,
no se ven las luces
que iluminaron algún renacer
mientras esperamos al mesías,
esperamos la salvación
fisticia en piedras de cartón de oro
jurando en falsas plegarias
la codicia marca el destino,
la oscuridad en la demencia
crece aún más que otras veces
los virus resisten cada vez mas
enferman la esperanza,
hasta casi desaparecerlas,
grandes gritos ahogados
en pequeños silencios
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