jueves, agosto 24, 2006

Un pendiente (artesanías del destino y materialismo)

...entrelazada entre mis dedos solté la cadenita de un pendiente mientras la puerta se abría mostrándome la silueta de la mujer que habría generado en mí químicas de los aquelarres, poniéndose en manifiesto el hechizo que esos ojitos, de gacela virgen envueltas de bosques profanos de salvedades erróneas, de esta selva donde el honor esta de mas, sobra la palabra, y solamente quedan voces falsas de las huestes bestias que por aquí habitan. En ella encontraba mi paz, paz que sentía al oír la dulce melodía de su voz cuando siendo cómplice de sus aventuras, arrebatos surrealistas, en las noches del otoño nuestros únicos testigos fuesen las paredes de su alcoba, y aún sabiendo que del agua de ese templo saqueado no debía de beber, fui tontamente enamorándome de una imagen que solamente había en mi mente, junto a la inocencia de un niño empañado por la confianza que nunca se debe de tener en alguien que no se conoce; y que nunca entendí. Mientras todo esto se volvía a mi mente, colocaba el pendiente en su cuello, le balbucee pequeños versos recogidos de autores de antaño, repiqueteando que en la artesanía del amor, este mismo suele disfrazarse de destino para ir uniendo las cosas, permitiéndome así haber podido encontrarle sobre un piedra, ese mismo pendiente que ahora estaba en su cuello, y que llevaba su nombre inscripto en el. Fue allí, donde volteándose y mirando al suelo, respondió que el amor verdadero se encuentra en pocas personas, es una fantasía que solo dura entre el amanecer de un beso en vísperas de un anochecer mágico, y muere en el ocaso de un simple adiós a la despedida en la mañana, reprochó que al verdadero destino lo forjan los ojos de la sociedad, cuando se tapa el sentimiento con el crudo materialismo, cuando la gloria y las expectativas de vida se cumplen en lujos de fantasías, cuando se logra bien ubicar las metas que corresponden a las lógicas de este juego de codicias y trepadas en las migajas que el sistema tiene para ofrecer... Cerró sus ojos, me dio un abrazo, me agradeció diciendo lo maravillosa que había sido esta historia, que acababa poniendo punto final, y se retiro que el estilo, del que solamente una princesa falta de oro y riquezas se puede retirar.




esta mas o menos.........................

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